Hoy comenzamos con Naima Akef, una de las más populares bailarinas egipcias de los 50´s.

Naima fue descubierta para el cine por el director Abbas Fawzy. Abbas se la presentó a su hermano Hessein Fawzy, también director, y éste le dio a Naima el papel principal, en la que fue su primera aparición en pantalla, en la película El Eish Wel Malh (El Pan y la Sal). La película fue un gran suceso y también fue un gran éxito para Nahhas Film Studios ya que fue la primera producción filmada en este estudio cinematográfico. Fue un comienzo brillante para la joven Naima, donde bailó varias rutinas, que ella fue muy cuidadosa en volver a presentarlas en cada una de sus actuaciones y papeles protagónicos en películas posteriores. Después de su primera película, los éxitos para Naima llegaron uno tras otro.
El baile egipcio corre salvajemente por las venas de Naima. Fue su primer amor y su mejor forma de expresión, y utilizó la vida en el circo y la actuación como plataforma de lanzamiento para bailar y al mismo tiempo probar y presentar nuevas ideas, coreografías y música. Nunca escatimó en costos, entrenamiento o vestuario, ni para ella ni para las bailarinas o cantantes coristas, ni los demás artistas que la acompañaban en sus espectáculos. Era muy consciente de su peso corporal y siempre se controlaba para mantener su juventud y su figura y aspecto flexible. Incluso, sacrificó el regocijo maternal de tener sus propios hijos y dio a luz justo antes de dejar nuestro mundo.
Los expertos en danza egipcia aseguran que Naima no fue afectada por los estilos de otras bailarinas sino que creó un estilo propio y único. Tenía una idea personal acerca de la interpretación de la música, hasta el punto de crear LO NUEVO en el escenario y en los ensayos. Muy a menudo, Naima creaba la coreografía para sus propias rutinas, pero era famosa por su obediencia hacia sus entrenadores, asesores técnicos y coreógrafos.Naima bailaba muy poco en los clubes nocturnos, ella bailaba a través de las películas y en las actuaciones con su grupo de baile en los teatros organizadas en forma regular tanto en Egipto como en el extranjero. No se trataba de puras ejecuciones de baile egipcio sino de una expresión libre con música y bailes muy elaborados.
Con crótalos en un film egipcio
1 comentario:
Te quedo bonita esta entrada... deberia dedicar yo tambien unas entradas a las clásicas de la danza del vientre... más adelante, quizás. ¡Por cierto, me encanta el segundo vídeo!
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